sábado, 24 de noviembre de 2007

Sociedad excremental


Lo que ha ocurrido a esa desdichada muchacha rusa tras haber pasado por el Diario de Patricia en Antena 3 es doloroso pero no más ni menos que cualquier otro crimen de sus características. Tampoco me atrevo a cuantificar el peso que su paso por un program de tv haya tenido en la actuación posterior del presunto homicida.
Lo que sí me parece reseñable es el uso que del suceso han hecho los otros coprófagos habituales de la cosa. Bien es cierto que sólo he visto la Cuatro, un programa casi monográfico dedicado a comentar con delectación obscena el asunto. Supongo que Telecinco, sabiendo la cantidad de detritus que conforman su parrilla de programación habrá piado un poco menos aunque les supongo encantados del "tropezón" de la competencia.
Channel 4, Boris y Ana, Ana y Boris, glamour y progresismo, progresismo y glamour. Todo ello, bien agitado y aderezado con unos cuantos mohínes más por parte de él que de ella, naturalmente porque los hombres también nos horrorizamos. Hasta el más distraido se daba cuenta de que el objetivo final era liquidar a un competidor en la parrilla de programación aunque se disfrazase de esa cursi y maloliente moralina "progreguai" que ha llegado al paroxismo durante esta legislatura. Pero hete aquí, que entre los sicarios siempre hay uno, con más futuro, y que no le importa parecer absolutamente servil: uno de los mamporreros habituales del programa lo dijo, lo verbalizó, se atrevió o quizá leyó el guión del teleprompter: "Debieran suspender el programa, por lo menos una temporada. Con éso demostrarían bla bla bla....". Esta era la almendra del problema, que Antena 3 suspenda un programa que tiene unos altos índices de audiencia. Así, la Cuatro, la Sexta, Telecinco, podrán recoger en su seno televisivo a toda esa caterva de huérfanos audiovisuales sedientos de emociones intensas.
¡No es la moral, imbecil, es la cuota de pantalla!
Amen y así sea
PD: El País y la SER, dueños de la Cuatro; La Razón y Onda Cero, dueños de Antena 3; ABC y Punto Radio, dueños de Telecinco y muchos otros medios con diversos intereses audiovisuales, han condenado rotundamente los hechos y han publicado sesudos artículos y celebrado fogosas tertulias preguntándose "hasta dónde vamos a llegar con esta telebasura". Qué razón tienen.

1 comentario:

Fallarás dijo...

Mucha mierda, sí, en todas partes. Me sorprende que ahora caigan del guindo, porque ni la mierda es nueva ni la chica es la primera.
Beso.