viernes, 9 de noviembre de 2007

¡Cómo yo te he querido, desengáñate, así no te querrán!



Recoge El Confidencial como el imán AlArifi, un clérigo saudí, ha desarrollado en un programa de televisión de la cadena LBC, creo que libanesa, con gallardía un tema que considero importante: cómo golpear a la esposa de uno. El vídeo es mágnífico y de los que no dejan indiferente a nadie. Debiera ser de obligado visionado en todos los txokos, partidas de cartas y reuniones de hombres a lo largo y ancho del estado e islas limítrofes amén de las ciudades del norte de Africa.

Plantea cosas interesante el amigo imán. Cosas con las que no podemos por menos que estar de acuerdo como lo estaría cualquier hombre que además de hombre sea un caballero. Por ejemplo: no le pegues en la cara que deja marcas y añade Al Arifi un exordio oportuno, éso no debe hacerse ni a los animales. Esto está bien , las cosas deben quedar claras. En la cara, ¡No!.

Sugiere más tarde otra medida correctora que considero discutible por la imposibilidad de universalizarla: advertir a la mujer de nuestro enfado una, dos, tres veces, cuatro, hasta diez veces. Esto es fácil decirlo pero a la hora de la verdad la cosa se complica. No todos los hombres tienen, tenemos, la paciencia suficiente para llegar hasta la décima llamada de atención. Y, por otra parte, todos sabemos que hay mujeres que, aunque les adviertas no diez sino cien veces, no cambiarán y se empeñan en enfadarnos. ¿Qué hacemos entonces? ¿Poner el contador a cero y volver a regañar otras diez veces? ¿Hasta cuándo abusarán de nuestra paciencia?.

Prosigue Al Arifi con una cuestión que considero trascendente y lo hace mediante un bello apólogo: uno de nuestros niños está a punto de arrojarse por la ventana o al fuego de la chimenea. Todavía no es tiempo de animarle a que lo haga y el hombre, que descansa merecidamente en su jaima, dice a su mujer, ¡Mujer, agarra al niño que se va a descalabrar! Y ella contesta ¡No me da la gana, vete tú!. Aquí Al Arifi peca de excesivamente considerado y hasta permisivo: Recomienda el uso de un cepillo de dientes como arma. No una botella de agua, o una ensaladera o un botijo que en el desierto es un objeto valioso. ¡Un cepillo de dientes!. Qué mujer va a tomar en serio a un marido que le pega con un cepillo de dientes. Imagínense, le llamas la atención diez veces y cuando estás fuera de tí, enloquecido de justa ira, vas al baño y te traes para zurrarle, ni siquiera la escobilla o el secador de pelo o el bote de champú grande del Carrefour... apareces blandiendo ¡un cepillo de dientes!.Claro que luego lo aclara un poco: el objetivo no es inflingir dolor. A un camello sí. Le das para que le duela pues un camello es más duro de mollera que una mujer. A la mujer hay que darle pero suave, simplemente para que se afecten sus emociones. Así sí. No como algunos, que sólo las zurran cuando se enfadan y entonces lo hacen a fondo, con las dos manos, con los pies, como si estuvieran golpeando un muro. Así no.
Y es importante destacar esa frase de que algunos solo pegan a la parienta cuendo se enfadan. Eso ni es amor ni es nada. Estos maridos no quieren a sus mujeres. Hay que pegarles también cuando estemos contentos. Así sabrán que somos ecuánimes, alegres o tristes actuamos siempre de la misma manera. Así la mujer ve más claras las cosas y sus emociones se alteran menos pues saben que en nuestro pecho hay amor.

Termina el interesante reportaje recordando que Al Arifi demostró que muchas mujeres en Occidente se acuestan con sus perros y que el 54% de las danesas no saben quien es el padre de sus hijos. Aquí discrepo con Al Arifi. Lo de los perros es vicio y no se justifica ni en la necesidad más necesitada. Lo de las danesas puede ser más bien descuido o distracción. Yo mismo que hay veces que no se dónde he dejado las llaves del coche, como para acordarme de si mis hijos son mios o no. De todos modos, a pesar de los puntos débiles del sermón del imán Al Arifi, sus propuestas me parecen coherentes y bien fundamentadas. Si es que un bofetón a tiempo puede significar la garantía de poder envejecer juntos. Ojala. Así sea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No caiga usted en la descarada manipulación informativa que intenta "El Confidencial".

Convenienmente omite periódico (qué pena que ya no pueda utilizarse el "rotativo") que el clérigo en cuestión entre la amonestación, como primera medida y el azote como último recurso, propone dejar de compartir el lecho con la díscola (si no me cree vea el vídeo y su transcripición).

Es de todos sabido, que la naturaleza animalesca, y por tanto sensual y poco dada a la espiritualidad, de la hembra, hace que, si se la deja sin catarlo el tiempo suficiente, se derrumbe psicológicamente y vuelva a una obediencia que nunca debió abandonar; tal es su necesidad del macho.

Tas el visionado del vídeo hay otro punto que me inquieta: la salud bucodental del clérigo. Sugiere castigar a la mujer con un palillo de dientes ("toothpick") y no con un cepillo como desinforma "El Confidencial". El problema es que el que se muestra en dicho video tien como ¡1 cm de diámetro y 20 de longitud! Si realmente lo usa, imagino que es debido que alguien le saltó la dentadura a ostias.

En cualquier caso, y ya más en serio, no se crea nada de lo que oye y sólo la mitad de lo que ve.

El vídeo esta seleccionado y traducido por MEMRI, organización que ha sido criticada por ser un instrumento de propaganda pro-israelí y con conexiones con los servicios de inteligencia hebreos. Véase:

memri en wikipedia

y

memri en answers.com

P.S: Disculpe la indiscreción, pero me resulta sorprendente que haya localizado tan raudamente tres imágenes con escenas de spanking ¿son de su colección particular?

Docwall dijo...

Queriod amigo:
Lo que Ud. llama "manipulación" yo llamo "manufactura". "Manipulación" tiene un matiz peyorativo, yo diría que inmerecido, que no lo tiene "manufactura". "Hacer con las manos" es una característica del hombre que nos ha permitido despegarnos del camello, por ejemplo. De hecho, "zurrar la badana" a la mujer de uno, lástima que las de otros no se dejarían, no deja de ser una "manufactura", hecho con la mano. Aquí podemos plantear algunas variantes no menos interesantes como la "craneofactuta" o dar cabezazos; la "podalofactura" o patada a seguir y así con cualquier apéndice susceptible de ser blandido y que tenga cierta consistencia. Disculpe la digresión. Prosigo.
Quizá respire por la herida y revele de modo irreflexivo alguno de mis temores inconscientes pero tengo poca confianza en la caoacidad disuasoria de negar le a la parienta el débito conyugal. Tiene Ud.razón en lo de su escasa espiritualidad pero creo que confía demasiado en que se van a derrumbar. Estamos en clara inferioridad ante ellas dada su gran capacidad de arbitrar soluciones de urgencia y, por otra parte peca Ud. de optimista al creer que se van a derrumbar. Llevan resistiendo desde Atapuerca y están a punto de ganar la guerra.
Le agradezco la aclaración del "toothpick". Ya me extrañaba a mí lo del cepillo pero, que quiere maigo, mi fe an la prensa occidental libre es absoluta. Lo que leo en los periódicos va a misa. Pero, de acuerdo, un chisme de 20 cm de largo y 1 cm de diametro ya empieza a infundir respeto. Sobre todo si flexa un poco y silba al usarlo.
Ya sabía lo de Memri pero, aun así, el sermón del amigo AlARifi es creible.
Para acabar, ¿le interesa el spanking?. Le recomiendo una deliciosa página: http://www.spankingtoons.com/toons/ que tiene unas free galleries de donde he tomado los dibujos.
Y tiene Ud. razón, es preciso deconfiar de lo que se oye y se ve pero a pesar de aplicar este mecanismo corrector no dejo de estar acojonado con lo que está pasando alrededor de mí. Debe de ser la edad, mis suprarrenales que ya no son lo que eran, la excesiva lectura de periódicos o vaya Ud. a saber. Ahora le dejo, voy a seguir practicando el piano, que es algo que he recuperado recientemente de mi adolecencia terrible. Un abrazo de su amigo
Doc