Me disculpo por la tardanza en escribir. Después del nuevo repaso sufrido intenté ponerme en contacto con mi psicoanalista, una kleiniana que odia a los hombres. La muy zorra se había ido de vacaciones. ¡Muy típico de su escuela! Tiré de agenda pero no pude solucionar el asunto hasta que decidí acudir al ambulatorio. Mi médico de cabecera, asquerosamente sensato, me recetó un ansiolítico, comidas limpias, hacer algo de gimnasia y ver menos la tele. Y en ello estoy.
Ahora ya sí, creo que podré balbucear unas líneas con cierta coherencia.Como dijo RT Firefly, "responderé primero a lo segundo". Querido Mon Amour, estoy dispuesto a aceptar la figura del padre ausente, yo mismo estoy distraido la mayor parte del tiempo, pero ¡de ningún modo! renunciaré a estar enamorado de mi madre: la única mujer que no me inspira temor. ¡Mamá, te quiero!.
Mi estimado lector Anónimo responde a mi defensiva nota de ayer. Su brillante, aunque poco fundamentado, ataque me obliga a seguir a la defensiva, cubrir la cara e intentar evitar que me rompa la ceja que, como sabemos todos los que vemos pelis de boxeo, es lo que intenta siempre el boxeador marrullero. No quiero decir con ésto que considere a Anónimo un boxeador marrullero pero sí un coresponsal tramposillo.
Jugar a la defensiva es una expresión que tiene algo de peyorativa pero puede justificarse, ya sabe Ud. disculparse a uno mismo no tiene épica pero es sedante. Sun Tzu, el genuino y el apócrifo, recomiendan tal actitud cuando el ataque arrecia. Me apoyaré en su correo para mantener una cierta compostura mientras intento ver el modo de salir de ésta.
Le reitero mi agradecimiento pero, sean cuales sean, mis motivos no pueden estar equivocados. Los motivos, mis motivos, sus motivos, los de cualquiera, nos podrán parecer malvados, altruistas, generosos, estúpidos... pero nunca equivocados. Pues si provocan la acción, han sido suficientemente motivadores para ello, han hecho su papel. Eso sin contar que Ud. no conoce los motivos reales que me han empujado a darle las gracias. A mi edad he dejado de juzgar los motivos, me conformo con observar las consecuencias. Hay motivos inconfesables detrás de actos heróicos y, del otro lado, el infierno está empredrado de buenas intenciones. Sigue Ud. en su carta en una línea muy estimulante, con un discurso demagógico postmoderno con notas finales de existencialismo vintage-Moet-Chandom. En esta época de pensamiento evanescente, v.g Shoemaker et als, es fráncamente novedoso y puede tener su público. Pero me atrevo a pedirle que procure evitar ese error, tan de nuestra época, de confundir las opiniones con los hechos. Hágame caso.
"Es falso que haya un otro: no es más que uno mismo reflejado".
No nos pongamos estupendos. Mire la foto de al lado y dígame si no existe el otro.
Le concedo que la mirada al otro
tenga una fracción de espejo en tanto en cuanto vemos en ese otro cosas que nos resultan imposibles de aceptar en nosotros. El asesino múltiple o el torturador tiene una cierta función vicaria que nos permite seguir conviviendo-nos y afeitarnos a diario, esta vez sí es un espejo, sin sentir un poco de asco.
Pero anímese. Existen otros otros aunque no estén en este mundo.
Agradezco su afán docente pero me gustaría saber si su vocación misionera procede de su perfil profesional o tal vez haya visto Ud. todas las pelis de Karate Kid?
Ahora ya sí, creo que podré balbucear unas líneas con cierta coherencia.Como dijo RT Firefly, "responderé primero a lo segundo". Querido Mon Amour, estoy dispuesto a aceptar la figura del padre ausente, yo mismo estoy distraido la mayor parte del tiempo, pero ¡de ningún modo! renunciaré a estar enamorado de mi madre: la única mujer que no me inspira temor. ¡Mamá, te quiero!.
Mi estimado lector Anónimo responde a mi defensiva nota de ayer. Su brillante, aunque poco fundamentado, ataque me obliga a seguir a la defensiva, cubrir la cara e intentar evitar que me rompa la ceja que, como sabemos todos los que vemos pelis de boxeo, es lo que intenta siempre el boxeador marrullero. No quiero decir con ésto que considere a Anónimo un boxeador marrullero pero sí un coresponsal tramposillo.
Jugar a la defensiva es una expresión que tiene algo de peyorativa pero puede justificarse, ya sabe Ud. disculparse a uno mismo no tiene épica pero es sedante. Sun Tzu, el genuino y el apócrifo, recomiendan tal actitud cuando el ataque arrecia. Me apoyaré en su correo para mantener una cierta compostura mientras intento ver el modo de salir de ésta.
Le reitero mi agradecimiento pero, sean cuales sean, mis motivos no pueden estar equivocados. Los motivos, mis motivos, sus motivos, los de cualquiera, nos podrán parecer malvados, altruistas, generosos, estúpidos... pero nunca equivocados. Pues si provocan la acción, han sido suficientemente motivadores para ello, han hecho su papel. Eso sin contar que Ud. no conoce los motivos reales que me han empujado a darle las gracias. A mi edad he dejado de juzgar los motivos, me conformo con observar las consecuencias. Hay motivos inconfesables detrás de actos heróicos y, del otro lado, el infierno está empredrado de buenas intenciones. Sigue Ud. en su carta en una línea muy estimulante, con un discurso demagógico postmoderno con notas finales de existencialismo vintage-Moet-Chandom. En esta época de pensamiento evanescente, v.g Shoemaker et als, es fráncamente novedoso y puede tener su público. Pero me atrevo a pedirle que procure evitar ese error, tan de nuestra época, de confundir las opiniones con los hechos. Hágame caso.
"Es falso que haya un otro: no es más que uno mismo reflejado".
No nos pongamos estupendos. Mire la foto de al lado y dígame si no existe el otro.
Le concedo que la mirada al otro
tenga una fracción de espejo en tanto en cuanto vemos en ese otro cosas que nos resultan imposibles de aceptar en nosotros. El asesino múltiple o el torturador tiene una cierta función vicaria que nos permite seguir conviviendo-nos y afeitarnos a diario, esta vez sí es un espejo, sin sentir un poco de asco.
Pero anímese. Existen otros otros aunque no estén en este mundo.
(Vea estos otros/as de aquí abajo. Me pido 1, 2 y 6)
Querido amigo, los adjetivos no me preocupan. Convendrá conmigo que lo sustantivo es el sustantivo. Al fin y al cabo, adjetivar depende en gran medida del estado de ánimo y éste está modulado por cosas como la serotinina, la endorfina, la adrenalina, la prostaglandina y similares que actuan de un modo fatal ya las consideremos fucking serotonina o bendita serotonina. Son las cosas de la biología que, como la justicia, es ciega y no lee nuestras cartas. Por otra parte, su amable invitación a comparar sería imposible dada la inexistencia de punto de comparación. Recuerde, no existe otro.
Sí existen más razones, muchas más razones para expresarse. Lo que no existen son mejores razones para expresarse. Le remito a lo que decía acerca de los motivos: si se produce el milagro creador de la acción, el motivo o la razón para ello son válidos y valiosos puesto que han generado la suficiente energia. El calificar de mejores o peores las razones o los motivos de otro no deja de ser una petulancia.
Relea por favor mi nota. Yo no dije que la vida es un asco; me encantaría pensarlo pues sería una manera más sencilla de sobrevivir a la frustración. En realidad me gusta bastante la vida. De hecho creo que es lo que más me gusta en la vida.
Agradezco su afán docente pero me gustaría saber si su vocación misionera procede de su perfil profesional o tal vez haya visto Ud. todas las pelis de Karate Kid?
Acerca del cuentito del final, me perdonará que no lo interprete. Inicialmente me pareció tan obvio que pensé que no era digno de Ud. Luego, influencia de las películas de chinos, creí que se trataba de una trampa y al final, dado que no he encontrado mi viejo ejemplar inacabado de Totem y Tabú, no me he atrevido. Bien es cierto que todo lo que no viene en los libros de Bucay me desborda. Inténtelo con el cuento de Caperucita Roja que parece más sencillo.
Me ha alegrado mucho el comprobar que aquí hay para todos. Mon Amour ha terciado y se visto envuelto en el fuego amigo. Por cierto, mover un poco ese blog zen no estaría mal. Desde Enero ya está bien de calma oriental y almendros bajo la nieve. Escriba algo, hombre.
Un saludo a los dos y extensivo al resto.
Docwall
PD: Quizá si probara a tomara algo más ligero o por lo menos que no tuviera metanol.
5 comentarios:
Sr Docwall...en estos parajes no hay fuego amigo ni daños colaterales... lo que hay es mucha intención con resultado de un gratificante duelo al sol al que me asomo desde el porche sombreado no sin riesgo de alguna bala perdida a la que pongo pecho... tanto pecho como atención a sus noticias y a las réplicas anónimas. He de reconocer que me he aficionado a su blog y a lo que en el se cuece...
... por lo demás, donde antes había zen hoy hay chalet de Fernández de la Vega... eso es mi condena.
sigo vigilando
saludos
Siga mi consejo y quítese la piel de cordero antes de las dentelladas: la carne sienta mal a las ovejas y los lobos enferman con la pelliza encima.
Iba a dejarle una historia de uno que creía ser un señor de provincias, educado, sensible y culto, hasta que un día empezó a recibir anónimos con dibujos obscenos y escritos en una lengua extraña que al principio le parecieron insultos; pero veo que no está el horno para bollos.
De todos modos, hágame caso. Si le digo que se equivoca, es que se equivoca, pero mucho (vamos que de la misa, ni la mitad), que yo de eso sé un rato.
Y, si no, pues a seguir con lo de la Pérez Hilton.
Estimado Anónimo: el tono de su último correo me hace temer que quizá le haya molestado alguna de las cosas que he escrito. Si así ha sido le ruego me disculpe. Sólo pretendí argumentar y de paso, con mi torpe ingenio, zaherirle inocentemente como los amigos en las discusiones, para hacerlas más desenfadadas. Yo también he recibido lo mío de su parte y ni por un momento he pensado que Ud. utilizase argumentos ad hominem con ánimo insultante. Es una pena que no me envíe esa historia del provinciano presuntuoso, ¿autobiográfica tal vez?. En otra ocasión será. Yo por mi parte doy por finalizada esta polémica antes de que pase a mayores. Por cierto, no es "Pérez Hilton" sino "París. Paris Hilton". Tiene hasta una página web, "www.parishilton.com".
De nada. Afectuosamente.
Docwall
PD: Estaré encantado de seguirle leyendo y le ofrezco mi correo: "docwall22@yahoo.es" para que me envíe privadamente una referencia de los lugares en donde pueda hacerlo: Blog, tertulia TV-radio, prensa... Prometo seguirle con verdadero interés. Sólo me sentiré liberado de esta promesa si averiguo que es Ud. Maria Antonia Iglesias, Enric Sopena, Antonio Alvárez Solís o ese señor de melena blanca que salía con María Teresa Campos.
Que no. Que no es que fuera presuntuoso, es que se equivocaba, y mucho. Entre otras cosas, cuando insistía en definirse a través de las virtudes que le adornaban, cuando fingía ignorar que el definirse le impedía conocerse, por ahí iba la historia. Me pregunta usted, si no sería autobiográfica.Pero, hombre de Dios, ¿No le digo que no hay un otro?
Por cierto, que viene muy bien el comentario que hace sobre el nombre de la señorita Hilton. Paris y Pérez, suenan de forma muy parecida cuando lo pronuncian determinados angloparlantes estadounidenses. Esto da pie a un relativamente divertido equívoco, que no es descubrimiento mío por supuesto: la rica heredera se llamaría como un espalda mojada. Cosas de éstas, le saco una por párrafo; y no porque yo sea muy listo o usted muy tonto, que no es el caso en ninguno de los dos, sino por un planteamiento profunda y quizá complacientemente equivocado. Y le escribo para que luego no diga que nadie se lo advirtió.
Por otro lado, a estas alturas debería resultar evidente que usted me cae bien (¿A santo de qué, si no, le hubiera dejado un comentario en su blog?) y que considero sus respuestas como una muestra de simpatía y cordialidad, que puedo asegurarle son recíprocas. Lo que no obsta que para donde usted ve lugar para la polémica, sólo lo haya para la exégesis. Y, con más razón que un santo por otra parte, uno no tiene por qué estar siempre dispuesto a la misma.
Por último, le agradezco la confianza que me hace al ofrecerme su correo, del que tomo cumplida nota. No puedo, por otra parte, referirle a ningún otro foro ya que yo,escribir, como todo en general, lo hago poco, tarde y mal.Y, además, siempre digo lo mismo.
En cualquier caso, seguiré visitando asiduamente su blog. Saludos.
Estimado Sr. Anónimo: Temo haber sido poco claro en la forma de expresarme. Al decir que daba por zanjada esta polémica me refería a ESTA polémica. Por supuesto que estaré encantado de seguir recibiendo sus epístolas provocando OTRAS polémicas. Mis lectores, familiares y amigos además de Mon Amour y Ud. mismo, me han felicitado por las cartas que Ud. me escribe. De hecho, alguno de ellos, fiado en su afirnación de que no existe el "otro" cree que soy yo mismo el autor. Naturalmente que no le he sacado de su error. Le ruego que me siga haciendo objeto de su atención, si no por el interés que le susciten mis escritos, por el entusiasmo que los suyos han provocado a mis lectores. Confieso que estoy algo celoso pero gracias a Ud. llenamos todas las noches. De todos modos me gustaría llegar a algunos consensos y disensos básicos con Ud. para facilitar sus diatribas y mi escuálida defensa:
Ud. dice que no existe el otro y yo digo que sí. Parecen posiciones excesivamente contrapuestas para que encontremos puntos de acuerdo.
Ud. opina que yo me equivoco mucho, vamos todo, y yo creo que Ud. tiene madera de telepredicador. Aceptemos esas opiniones posiblemente erróneas ya que yo me equivoco siempre.
Yo, parece sugerir Ud. vivo en provincias, y es así, y Ud. vive en su púlpito recubiero de pan de oro. Vale, esto es un consenso.
Ud. está lleno de falsa modestia, "escribo poco/tarde/mal/nadie me quiere/..." y yo también. Esto también puede ser un consenso.
Por último y por ahora, Ud. siempre dice lo mismo. Yo también. Otro consenso, a este paso terminaremos votando los dos a IU.
Afectuosamente de su amigo
Docwall
PD: Sólo un ruego, ¿podría firmar tal vez como Anónimo 999, por su tono episcopal y apocalíptico más que nada, o como Ud. quiera. Pero por favor, adjetive su anónimo.
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