lunes, 13 de agosto de 2007

... con un cirio o con una tranca

El Magazine de El Mundo del domingo publicaba un reportaje sobre unas profesoras de la Universidad Complutense que trabajan el tema de los refranes. Los refranes han sufrido un progresivo desprestigio, fruto tal vez de una conjunción de planetas desfavorable. Suelen ser muy contundentes y algo inequívocos a la hora de ser interpretados. Los días del pensamiento blando y del "según y como" no parecen propicios a este tipo de sentencias que hacen difícil la marcha atrás. Por otra parte, muchos de ellos son excesivamente explícitos a la hora de señalar, ya saben al pan, pan; al moro, moro, al negro, negro y así sucesivamente. Y, último pero no menor, suelen tener un matiz un tanto machista que tampoco es algo que hoy en día esté bien visto; la pata quebrada y similares. Supongo que hay más razones.
Sin embargo los refranes tienen una gran utilidad. Son equivalentes a las fórmulas sociales que se usan en los funerales por ejemplo. La mayor parte de nosotros, incluso en las ocasiones en las que sinceramente nos condolemos con la familia, no sabemos que decir. Los "te acompaño en el sentimiento", "ha sido una gran pérdida", "mejor así, ha dejado de sufrir" y similares pueden parecer vulgares pero constituyen un lugar de encuentro aceptable entre personas con un gran desnivel emocional.
Los refranes tienen algo de eso. Pueden solucionar una situación incómoda, hacerte parecer enterado, permiten una réplica rápida con la ventaja de la brevedad e incluso la posibilidad de matizar después dado que el refrán no es creación propia y no seríamos totalmente responsables de su contenido. En fin que tienen su aquel. ¿Y a qué viene todo ésto?

En el reportaje del Magazine aparecen algunos refranes seleccionados por "famosos". No tienen nada de especial salvo algo que me ha llamado poderosamente la atención: los refranes seleccionados por tres personas pertencientes al espectro ideológico de la sedicente izquierda progresista. Ninguno de los tres refranes elegidos es un refrán. De hecho, lo más chocante es que el primero y el segundo tienen autoría religiosa y el tercero es un mix de un refrán y de sentencia religiosa. No me atrevo a extraer conclusiones. Unicamente subrayo esta aparente anomalía. Los más anticlericales utilizando el lenguaje más clerical. La "nou intelligentsia" que rodea a nuestro presidente y lider no deja de sorprenderme cada día.


El conocido Gran Wyoming, actor, humorista y ‘showman’ televisivo, escoge: "La verdad os hará libres" que si no tiene tufo evangélico que venga Dios y lo vea.

Inés Sabanés, diputada de IU en la Asamblea de Madrid propone el ignaciano "En tiempo de tribulaciones no hacer mudanza". Sabia recomendación de la cosecha jesuítica.

Y por último, el más sorprendente salvo que alguien me demuestre mi error, un híbrido entre refrán y mística, entre Sancho y Loyola, escogido por la imaginativa Carmen Montón, diputada del PSOE: No es lo mismo predicar que hacer mudanza. La escuela de pensamiento fluyente y neolingua adhocrática del secretario general de su partido hace estragos entre sus prometedores cuadros.

Siendo las tres elecciones súmamente acertadas, me quito el sombrero ante la de la Sra. Montón. Eso no es un refrán, no es una sentencia, no es un axioma. Es una plantilla. Véase:

No es lo mismo predicar:

  • que hacer mudanza, (versión Montón)
  • que dar gusto a todos, (versión Delphy)
  • que trabajar por la inmigración, (versión Caldera)
  • que hacer lo que hacemos los de izquierdas, (versión todos menos los que ya sabeis)
  • que dar trigo, (versión olvidada)
  • que te soplen la cartera, (versión cheli)
  • que recoger chapapote, (versión Nunca Mais)
  • que mandar tropas a Irak, (versión Pepiño)
  • que producir cine de calidad, (versión premios Goya)

y así indefinidamente. ¿Es o no es estilo genuino de la factoría Moncloa?

1 comentario:

mon amour dijo...

Desde la "nou intelligentsia" se predica a diario "saber mucho y decir tonterías lo vemos todos los días" ¿que pretenden? "Enseñar sin saber: como no sea el culo, no sé qué" y deberían aplicarse el cuento porque "saber poco obliga a mucho" y no saber despreocupa, cosa de tontos, "que no hay tonto que no se tenga por listo" y "no existe tonto que no sea admirado por otro tonto"(lo que explica muchas cosas)...
...ya se sabe, "de poetas, tontos y locos todos tenemos un poco"