viernes, 27 de junio de 2008

Hablaba ayer de un rio


".... Estuve a punto de gritarle: ¿No las oye?. El crepúsculo las estaba repitiendo en un persistente susurro a nuestro alrededor, en un susurro que parecía hincharse amenazadoramente, como el primer susurro de un viento que se levanta: ¡El horror! ¡El Horror! "

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hombre, señor Docwall, no había leído yo, "El corazón de las tinieblas" ni nada de Jospeh Conrad y es algo de lo que puedo y debo avergonzarme.

Me ha interesado mucho el párrafo que incluye la siguiente frase:

¡Es curiosa la vida... ese misterioso arreglo de lógica implacable con propósitos futiles! Lo más que de ella se puede esperar es cierto conocimiento de uno mismo... que llega demasiado tarde... una cosecha de inextinguibles remordimientos."

Bueno, la suerte que tenemos es que hoy en día ya no queden selvas ¿no?