miércoles, 23 de abril de 2008

Iconografía de la infamia, (4)

Iconografía: f. 2. Tratado descriptivo o colección de imágenes o retratos
Infamia: f. Descrédito, deshonra // 2. Maldad, vileza en cualquier línea

(DRAE. 21 Edición)



Foto 1: Perro galgo colgado de un árbol por el cuello. Parece muerto. Me produce una inmensa ternura la postura, accidental, de sus dos patas delanteras, en actitud suplicante. Ni éso ni los ladridos, ni los lametones al amo, ni las miradas de terror y sorpresa le sirvieron de nada. No entiendo nada de árboles y no puedo deciros si es un encinar o un bosque de pino insignis pero desearía que este fruto mortal persiga al que lo hizo en todas sus pesadillas.

Pre-texto: Mamíferos bípedos con lenguaje articulado utilizan a otros mamíferos, el canis canis por ejemplo, para sus ratos de ocio: la caza, el paseo lo más común. La mayoría de ellos son honrados (u honradas, que de todo habrá) padres ( y madres) de familia. Amantes de sus hijos y visitantes en fines de semana alternos de su anciano/a p/madre en la residencia de la tercera edad en la que "le cuidan mejor que en casa".

Texto: Perro de raza galgo colgado por el cuello hasta morir. Obsérvese que las patas traseras le llegan justo al suelo, de modo que su agonía ha sido larga y dolorosa. Proporcional al grado de vileza de quien lo ha hecho. Lo hacen cuando el perro empieza a ser una carga.

Contexto: Esto es sólo una muestra de violencia de genero, humano en este caso. Podemos encontrar muchas más tecleando en Google animales crueldad: 1.430.000 en 0,31 segundos. De modo empírico, opino que el maltrato a los animales es sólo un equivalente de violencia hacia los humanos. Supongo que es cuetión de tiempo y oportunidad que quien cuelga a un galgo lo haga con su señora que le sirve la sopa fría o con un vecino que toca el piano a las 10 de la noche

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto de usar galgos exclusivamente para cazar o carreras y después eliminarlos no es algo que yo apruebe particularmente, pero no puedo suscribir su planteamiento del asunto, llámeme pejiguero si quiere.

Sin ser, lamentablemente, un experto en métodos de ejecución, sí puedo decirle que el ahorcamiento o estrangulamiento ha venido considerándose como una de las formas menos dolorosas, a la par que económicas, de segar vidas ya que, si no hay rotura cervical, la isquemia lleva a la inconsciencia en segundos. En el caso de los galgos, aparentemente, los que son colgados con las patas delanteras elevadas tienen una muerte rápida porque las traseras no pueden sostener el peso. Se han documentado casos en que los que, como castigo, se les cuelga de manera que sólo toquen con las puntas de los dedos delanteros en el suelo con lo que la agonía se prolonga durante horas o días. Así para evitar el ahorcamiento intentan sostenerse de puntillas y pueden hacerlo durante algunos minutos(parece que la expresión es “ponerles a tocar el piano” o “a “escribir a máquina”)). Este no es el caso del de su foto, como observará.

Por otra parte, a mí no me cuesta imaginar que en un entorno rural de sacrifique a los perros de esta guisa sin que ello implique necesariamente que el ejecutor sea un maltratador machista y abertzale, conductor temerario o, incluso, un abstencionista. Se lo digo porque yo he conocido a personas bondadosas de verdad (de ésas a de las que se dice que son incapaces de matar una mosca) que refereían como en el pueblo eliminaban los excesos de camadas gatunas bien metiéndolos en un saco y tirándolos a la acequia o estampándolos contra la pared del cementerio. Eso, sin mencionar, que parece ser que en algunos villorrios se despluman a los pollos antes de matarlos por no sé que motivo gastronómico o de conveniencia. Es decir que ningún aldeano que se precie está dispuesto a gastarse 300 euros por perro para que el veterinario lo sacrifique y ninguno de sus vecinos le llamará cruel.

Yo le aviso porque, si bien la relación entre hombre y ganado es legítimamente cuestionable ( y entiendo que si se hace seriamente lleva indefectiblemente a proponer el veganismo y/o variantes del soylent green, cosas ambas muy dignas de consideración) en su presentación de los hechos, análisis y conclusiones se advierten tretas y modos más dignos de la Sexta o Cuatro que de su honrado blog.