Joaqín Sabina es un cantante y compositor de cierta relevancia. Sus canciones me gustan, en algunos casos me gustan mucho. Tiene letras ingeniosas y divertidas, tiernas y canallas. Mirado con perspectiva se detecta cierta tendencia a la repetición. Siempre los mismos trucos en las rimas, las mismas figuras literarias y produce un poco de cansancio si se le escucha a dosis un poco alta. Pero me gusta, como diría Mick, "it's only r&r pero me gusta". Tampoco le exijo más. Y musicalmente me basta con que esté en ese punto intermedio entre
Paquito el chocolatero y Nessun dorma.Pero Joaquín Sabina oficia de
poeta y columnista. Y ha perpetrado
en la revista Interviú, al parecer, un versillo que es simplemente repugnante. Todo él, pero quiero destacar una estrofa, creo que son redondillas, por el grado de putrefacción moral que transmite:
El ácrata que hay en mí
elige lo menos malo
tapándose la nariz.
Es posible que Sabina no recuerde quién o qué era Artapalo. Inserto aquí la portada de un periódico de hace unos años para recordarle uno de los números 1 que alcanzó Artapalo en la lista de superventas. Tuvo más y todos sus éxitos fueron muy oidos y hasta cantados.
En fin, en Francia cantan Max Gallo, Revel, Henry-Levy, Finkilkraut, y en España, crean opinión Sabina y Boris. Pero quizá es que somos diferentes: en España Sabina apoya a Zapatero "tapándose la nariz" y en Francia la que apoya al Sarkozy es
Carla Bruni. Creo que definitivamente nos hemos alejado del corazón de Europa. ¡Qué cosas pasan!